La vitamina D funciona en el cuerpo como una hormona y es importante en diversas enfermedades como diabetes, enfermedades autoinmunes, inmunosupresión, enfermedades neurodegenerativas, inflamatorias, enfermedades del corazón, presión alta y algunos tipos de cáncer, entre otras.
Hay personas que tienen más riesgo de deficiencias como lo son personas con sobrepeso y obesidad, y personas de raza negra.
Es importante tener valores adecuados de vitamina D, para que se pueda producir la adecuada cantidad de hormona paratiroidea en las glándulas paratiroides. Cuando la vitamina D es baja, la hormona paratiroidea empieza a subir sus niveles y con esto se desarrolla hiperparatiroidismo secundario, lo que aumenta la reabsorción ósea y con esto el riesgo a fracturas.
Lo interesante es que podemos tener niveles “insuficientes” de vitamina D, menores a 30 ng/ml y no tener síntomas, lo que es preocupante.
La vitamina D se activa en los riñones, formando el famoso calcitriol, que aumenta las concentraciones de calcio en el cuerpo, necesario para muchas funciones en el cuerpo.
Lo que sucede en la ERC es que cuando nuestros riñones fallan, no se puede activar la vitamina D a su forma activa (calcitriol) por lo que habrá bajo calcio circulante, con esto se secreta PTH que lo que va hacer es: sacar calcio de los huesos para que aumente en sangre y con esto nuestros huesos quedarán con riesgo a fracturas, lo que se llama como osteodistrofia renal, una complicación que deseamos evitar .
De esta manera queda clara la importancia que tiene tener niveles adecuados de vitamina D en pacientes con enfermedad renal, con el objetivo de evitar complicaciones.